Perfil de líderes parlamentarios: Granados Chapa

septiembre 8, 2009

¿Pastores, líderes, coordinadores? 070909

MIGUEL ÁNGEL GRANADOS CHAPA

En los tiempos más crudos del autoritarismo presidencial, el Poder Legislativo era una institución borrosa, inerte, sujeta a las decisiones del Ejecutivo que eran aprobadas sin chistar –pues éste participaba activamente en la integración de las cámaras al autorizar las candidaturas que el partido procesaba–, desdeñando las expresiones críticas del puñado de opositores que atenuaban levemente la homogeneidad priista. Tan sumisos eran los diputados y senadores, tan dispuestos a simplemente levantar la mano en las votaciones –no se utilizaba entonces el tablero electrónico– que se les describía de modo ofensivo como si fueran borregos. En consecuencia, su jefe era tenido como un pastor.

Así se llamaba corrientemente al líder de la mayoría, que era al mismo tiempo cabeza de la Gran Comisión, órgano de gobierno de cada cámara. Aunque nunca a nadie le gustó ser tenido como simple integrante de un hato, de una manada, los pastores no experimentaban mayor molestia al ser tenidos como conductores de ella. En la medida en que ellos mismos estaban sujetos a la voluntad presidencial, parecían experimentar satisfacción en cumplir cabalmente su función de control estricto, de mando sin miramientos. Casi se les veía portar el cayado y orientar con ese instrumento a las ovejas al redil.

Las cosas han cambiado en el modo de conducir los trabajos de las cámaras. Aunque rige, como es comprensible, una disciplina partidaria en las fracciones legislativas, no hay ya subordinación mecánica entre los legisladores y quienes los encabezan. Muchas razones explican que así sea, entre ellas que no hay en ningún partido una fuente exclusiva de las candidaturas y por lo tanto la relación de obediencia se ha diversificado. Por ejemplo, muchos diputados de los que ayer instalaron la LXI Legislatura responderán más directamente a los gobernadores que propiciaron su elección, que a los coordinadores, líderes o jefes que los encabezan.

En las bancadas de mayor dimensión el gobierno de las fracciones es conferido por los propios legisladores. Eso ocurre en el PRI y el PRD, cuyos grupos eligen a los coordinadores, que de ese modo resultan primeros entre iguales. Aun en el PAN, donde el nombramiento respectivo es privilegio del jefe nacional del partido, difícilmente puede ser tomada una decisión de este género sin una consulta mínima, y menos se puede adoptar una resolución a contrapelo del sentir mayoritario.

El tono de la legislatura que está comenzando será reflejo de la personalidad y los intereses de los líderes de las fracciones, que integran la Junta de coordinación política, uno de los dos órganos que rigen a la cámara –el otro es la mesa directiva, encargada de dirigir los debates– y del modo en que se relacionen entre sí. Aunque la materia legislativa se amasa con muchos ingredientes, el funcionamiento de la Junta es uno de los principales, y dado el talante de quienes la integran es dable esperar un productivo desempeño de sus responsabilidades colectivas.

Si bien Francisco Rojas Gutiérrez, coordinador priista, no ha tenido un largo trayecto legislativo, su actividad poliédrica le permitirá hacer realidad su anuncio de no avasallar a la oposición, ahora que su partido, en alianza con el Verde, ha recuperado la mayoría en el pleno y por ende el control de la cámara, incluidas las posiciones de decisión, como la presidencia de las comisiones más relevantes.

Contador público formado en la Universidad Nacional, Rojas Gutiérrez se dedicó largo tiempo al ejercicio privado de su profesión en el despacho Casas Alatriste, que antaño era el predilecto del gobierno para la realización de sus auditorías. Por ese camino ingresó Rojas a la administración pública en que alcanzó sus  responsabilidades mayores, vinculado a Miguel de la Madrid. Éste creó la Secretaría de la Contraloría (hoy de la Función pública) y la confió a Rojas Gutiérrez, a quien también designó director de Pemex, cargo en que su compañero de gabinete Carlos Salinas lo ratificó al llegar a Los Pinos. El perfil administrativista de Rojas Gutiérrez se enriqueció con experiencia política, como diputado en la LIX Legislatura. Se le atribuye obediencia al gobernador Enrique Peña Nieto y a través de él a Salinas de Gortari. Pero como director de la Fundación Colosio Rojas Gutiérrez dio señales de independencia al desarrollar foros sobre energéticos que consolidaron la posición formal de su partido, contraria a la privatización petrolera. Otro rasgo singular de su trayectoria es la proximidad que ha mantenido con la UNAM, como dirigente de exalumnos, como presidente del Patronato Universitario (la autoridad que maneja los recursos financieros de esa institución) y como presidente del patronato de la Orquesta Filarmónica de la propia Universidad.

Josefina Vázquez Mota ha tenido una carrera pública mucho más breve, y apenas hay en ella un breve tramo de experiencia legislativa. Entró en la vida pública como diputada federal, a partir de su prestigio como consultora privada en materia económica. Apenas permaneció tres meses en la cámara, pues el presidente Fox la designó secretaria de Desarrollo Social. Con matices respecto de los sexenios anteriores, pero en la misma línea, aprovechó la estructura y los programas de esa dependencia para promover clientela política a favor de su partido. Eso explica que Fox la comisionara para coordinar la campaña de Felipe Calderón, que a su vez la designó secretaria de Educación Pública con la encomienda de sujetarse a los lineamientos que fijara Elba Ester Gordillo, siempre poderosa dirigente sindical y exigente cobradora de facturas políticas, como las que generó su eficaz apoyo al ascenso de Calderón. Despedida de esa secretaría y destinada a un lugar secundario en la bancada, el resultado electoral del 5 de julio transformó el panorama en su provecho y ahora buscará que el gobierno salga bien librado de la coyuntura legislativa adversa que padece, con decenas de diputados menos que en legislaturas anteriores.

Alejandro Encinas tiene experiencia legislativa. Comunista desde su juventud, fue diputado al mismo tiempo que Luis Donaldo Colosio y su entendimiento con el que sería candidato presidencial del PRI, asesinado arteramente, muestra los alcances de sus capacidades de conciliación. Desde entonces acá su patrocinio político ha crecido por su eficaz desempeño como funcionario en diversas tareas de alto nivel en el gobierno capitalino y como acompañante y suplente de Andrés Manuel López Obrador tras su desafuero. Desde entonces ha observador el delicado equilibrio de ejercer sus propias convicciones sin chocar con López Obrador, habilidad que requerirá ejercer en grado sumo, pues no faltarán circunstancias críticas en que no pocos integrantes de su bancada, y él mismo, se aproximen a los diputados del PT y Convergencia más decididamente alineados con López Obrador.

El coordinador del Partido Verde, Juan José Guerra Abud, es un delegado del gobernador Peña Nieto. Su nombramiento revela la diversidad de aspectos de la alianza entre ese partido mercenario, pertinaz infractor de la ley, y el PRI. Uno de esos aspectos vincula directamente al mexiquense con el negocio de los González Torres-Martínez, sin pasar por la mediación de la burocracia priista. Guerra Abud fue funcionario del gobierno mexiquense con el gobernador César Camacho y luego dirigió una agrupación empresarial hasta que el heredero del Grupo Atlacomulco lo comisionó para dirigir, en su nombre, el grupo parlamentario verde, del que, para completar el ensamble, forma parte la telebancada, el núcleo de diputados emparentados o subordinados con los intereses del duopolio.

El Partido del Trabajo resolvió con prudencia un conflicto estructural que de no estallar pronto será un ejemplo de negociación política. La estrategia de López Obrador para fortalecer a partidos que lo apoyan dio un fructífero resultado con el PT. Bajo sus siglas fueron elegidos Porfirio Muñoz Ledo, su antiguo secretario particular y hoy activista irredento Gerardo Fernández Noroña, y el expriista jalisciense Enrique Ibarra, así como Jaime Cárdenas Gracia, antiguo consejero electoral, y Mario di Costanzo, responsable de asuntos financieros en el gabinete de López Obrador. De entre ellos debió surgir el coordinador, dada su fuerza en el seno del grupo. Pero ninguno es militante petista, como sí lo es el abogado Pedro Vázquez González, típico cuadro de ese partido en Monterrey, donde ha sido regidor y diputado local. En el ámbito nacional ha sido representante del PT ante el IFE, todo lo cual deriva de ser persona de todas las confianzas de Alberto Anaya.

Si se considera que ganar y ejercer la rectoría de una universidad (sobre todo una de las dimensiones e importancia de la de Nuevo León) es una actividad política, entonces la experiencia de Reyes Tamez Guerra se extiende ya a más de una década. Y así ha de ser porque el doctor Reyes Tamez Guerra aprendió a hacerla, y en vez de intentar ser la contraparte  gubernamental del SNTE eligió subordinarse a él o cuando más hacerse su aliado. Obtuvo de ello el fruto que lo puso a la cabeza de la fracción de Nueva Alianza, donde será mera correa transmisora de las instrucciones de la dirigente magisterial que lo introdujo a la política electoral.

Pedro Jiménez León perseveró como priista tabasqueño hasta hace apenas siete años. Quizá esperaba que la influencia de Roberto Madrazo lo hiciera candidato a gobernador, pero cuando no fue así, en 2002 pasó a Convergencia, donde ha hecho una rápida carrera. A la par con la coordinación parlamentaria del grupo más breve (de apenas seis miembros), seguirá siendo secretario general del partido fundado por el exgobernador de Veracruz Dante Delgado.

Diversos orígenes, diferentes modos de ser, distintos propósitos, tendrán que amalgamarse para que la LXI Legislatura no se agote en los desacuerdos. 

Integración de la Cámara de Diputados Federal (Grupos partidistas y políticos)

julio 31, 2009

Nueva Cámara

Reportaje LXI Legislatura: integración. El pasado 5 de julio 34 millones de mexicanos eligieron a sus nuevos representantes. Una revisión de su trayectoria permite ubicar a la mayoría de ellos en un grupo de interés político o gremial
(12 julio 2009).- Enfoque
 
Al menos 345 diputados electos a la LXI Legislatura responden a intereses de gobernadores, gremios, cúpulas empresariales o padrinos políticos.

Según un conteo realizado por Enfoque, los gobernadores de 19 entidades lograron colocar en San Lázaro a 185 legisladores. De ellos, el mexiquense Enrique Peña Nieto -que unifica al Grupo Atlacomulco- es quien apadrina a más diputados, 43. Le siguen los grupos del gobernador de Veracruz, el también priista Fidel Herrera, y el de Guanajuato, el panista Juan Manuel Oliva, con 16 legisladores cada uno.

Los gobernadores priistas Ulises Ruiz, de Oaxaca, y Mario Marín, de Puebla, serán otros gobernadores con gran peso en la Cámara baja: contarán con 14 y 12 elementos, respectivamente.

Además, 15 diputados panistas se identifican plenamente con el presidente Felipe Calderón, y por lo menos 12 legisladores son afines a los ex presidentes Vicente Fox (9) y Carlos Salinas (3).

Otro de los personajes que tendrá gran peso en la siguiente legislatura es Andrés Manuel López Obrador, quien logró conformar una bancada de por lo menos 29 legisladores: 16 del PRD, 10 del PT y 3 de Convergencia. En contraparte, la corriente Nueva Izquierda, a la que pertenece el presidente nacional del PRD, Jesús Ortega, tendrá 21 legisladores.

El senador priista Manlio Fabio Beltrones tiene 13 personeros, 11 en la bancada tricolor y dos en la del Partido Verde, y la presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes, contará con 10.

Los sindicatos tendrán también representación en San Lázaro, con 23 elementos, repartidos en el PRI, el PAN y el PRD. La lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo, logró colar a 12 legisladores, 9 de Nueva Alianza, 2 del PRI y uno del PAN.

Otros grupos de poder que estarán representados son Televisa y TV Azteca, con seis legisladores verdes; los empresarios, con siete, y la Iglesia, con tres diputados.

 
 
 
Intereses y grupos de poder
 
 
Legisladores «comprometidos»:
 
 
PARTIDO ACCIÓN NACIONAL
 
Juan Manuel Oliva (Guanajuato)
 
· Gerardo de los Cobos
· Juan Huerta Montero
· Juan Pascualli
· Guadalupe Vera
· Esperanza Lugo
· Lucila Gallegos
· Jaime Oliva (hermano)
· Soledad Arévalo
· Tomás Gutiérrez
· Alfonso Zetina
· José Erandi Bermúdez
· Martín Rico
· Rubén Arellano
· Ramón Merino
· Nohemí Reynoso
· Norma Sánchez
 
 
 
Calderón-Martínez
 
· Josefina Vázquez Mota
· César Nava
· Roberto Gil
· María Elena Pérez
· Julio Castellanos
· Manuel Clouthier Carrillo
· Dolores del Río
· Agustín Torres
· María Felícitas Parra
· Myriam Arabian
· Margarita Suárez
· Alberto Becerra
· Esther Pérez Ceballos
· Ezequiel Retis
· Kenya López
 
 
 
José Guadalupe Osuna (Baja California)
 
· Sergio Tolento
· Francisco Orduño
· César Mancillas
· Gerardo Cortez
· Miguel Osuna (hermano)
· José Luis Ovando
· Oscar Arce
· Alejandro Bahena
 
 
 
Fox-Espino
 
· Francisco Salazar Sáenz
· Javier Usabiaga
· Arturo García Portillo
· Marcos Pérez Esquer
· María Joann Novoa
· Velia Idalia Aguilar
· Adriana de Lourdes
· Pablo Rodríguez
· Bonifacio Herrera
 
 
 
Francisco Ramírez Acuña
 
· Ignacio Téllez
· Juan José Cuevas
· Gumersindo Castellanos
· Carlos Luis Mejillón
· Alberto Esquer
· Gustavo González
 
 
 
Emilio González (Jalisco)
 
· Ana Elia Paredes
· José Luis Íñiguez
· Israel J. Bojórquez
· Octavio Madrigal
· Felipe Rangel
 
 
 
Héctor Ortiz (Tlaxcala)
 
· Oralia López
· Francisco Velázquez
· María Elena López
· Sergio González
 
 
Francisco Garrido (Querétaro)
 
· Marcela Torres Peimbert (esposa)
· Miguel Martínez Peñaloza
· María Sandra Ugalde
 
 
 
Santiago Creel
 
· Gabriela Cuevas
· Agustín Castilla
· Benigno Quezada
 
 
Armando Reynoso Femat (Aguascalientes)
 
· José Antonio Arámbula
· Raúl Gerardo Cuadra
· María de Lourdes Reynoso (hermana)

 
 
Cercanas a la Iglesia
 
· Paz Gutiérrez Cortina
· Paz Quiñones
· Rosi Orozco
 
 
 
 
PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL
 
Grupo Atlacomulco (Enrique Peña Nieto)
 
· Ramón Martel
· Emilio Chuayffet
· Humberto Benítez Treviño
· Luis Videgaray
· Eduardo Zarzosa
· Manuel Cadena
· Ignacio Pichardo Lechuga
· Alfonso Navarrete Prida
· Ricardo Enríquez
· Héctor Pedroza
· Omar Rodríguez
· Raúl Domínguez
· Elvia Hernández
· Felipe Borja
· Héctor Guevara
· Francisco Rojas San Román
· Sandra Méndez
· Noé Martín Vázquez
· Jorge Hernández
· Armando Corona
· Alfredo Torres
· Fausto Saldaña
· José Luis Soto
· José Cirino Valdés
· Rodrigo Reina
· David Sánchez
· Sergio Mancilla
· Miguel Ángel Terrón
· Miguel Ángel Luna
· Eduardo Yáñez
· Fernando Ferreyra
· Israel Reyes Ledesma
· Andrés Aguirre Romero
· Ignacio Rubí Salazar
 
 
 
Apadrinados por Peña Nieto
 
· Carlos Cruz (Colima)
· Francisco Moreno (Morelos)
· Ardelio Vargas (Puebla)
· Carlos Pacheco (Campeche)
· Román Rosas (Campeche)
· Angélica Araujo (Yucatán)
· Rolando Zapata (Yucatán)
· Carolina García (PVEM)
· Raymundo Vargas (PVEM)
 
 
 
Fidel Herrera (Veracruz)

 
· Patricio Chirinos del Ángel
· Genaro Mejía de la Merced
· Salvador Manzur Díaz
· Francisco Herrera Jiménez
· Silvio Lagos Galindo
· José Francisco Yunes Zorrilla
· Ricardo Ahued Bardahuil
· Luz Carolina Gudiño Corro
· Felipe Amadeo Flores Espinosa
· Fidel Kuri Grajales
· Javier Duarte de Ochoa
· José Tomás Carrillo Sánchez
· María Isabel Pérez Santos
· Fabiola Vázquez Saut
· Antonio Benítez Lucho
· María Esther Terán
 
 
 
Ulises Ruiz (Oaxaca)
 
· César Augusto Santiago
· Jorge Franco
· Margarita Liborio Arrazola
· Eviel Pérez Magaña
· Elpidio Concha
· Jorge González Illescas
· Heriberto Ambrosio Cipriano
· Sofía Castro
· Heliodoro Díaz
· Andrés Mendoza Kaplan
· Esteban de Esesarte Pesqueira
· Teófilo García Corpus
· Héctor Ramírez Puga
· José Antonio Yglesias Arreola
 
 
 
Manlio Fabio Beltrones
 
· Alberto Cano Vélez
· Felipe Solís Acero
· Alfredo Villegas Arreola
· María Esther Scherman
· Canek Vázquez Góngora
· Federico Madrazo Rojas (hijo de Roberto Madrazo)
· Sami David
· Hernán de Jesús Orantes
· Mario Moreno
Ángel Aguirre Herrera
· Fermín Alvarado Arroyo
· Samuel Moreno (PVEM)
· Pablo Escudero (PVEM)
 
 
 
Beatriz Paredes
 
· Oscar Levín
· Sebastián Lerdo de Tejada
· Graciela Ortiz González
· Estela Ponce Beltrán
· Humberto Lepe
· Margarita Gallegos
· Sara Montiel Solís
· Jorge Carlos Ramírez
· Georgina Trujillo
· Martín Enrique Castillo
 
 
 
Carlos Salinas
 
· Francisco Rojas
· Andrés Massieu Fernández
· Claudia Ruiz Massieu
 
 
 
Humberto Moreira (Coahuila)
 
· Francisco Saracho
· Héctor Martínez
· Melchor Sánchez
· Rubén Moreira (hermano)
· Miguel Riquelme
· Héctor Fernández
· Héctor Franco
· Hilda Estela Flores
 
 
 
Mario Marín (Puebla)

 
· Juan Carlos Lastiri
Óscar Aguilar
· Janet González
· Francisco Ramos
· Fernando Morales
· Blanca Estela Jiménez
· Juan Pablo Jiménez
· Isabel Merlo
· Alberto Jiménez
· Carmen Izaguirre
· Octavia Marín Torres (hermana)
· Carmen Guillén
 
 
 
José Reyes Baeza (Chihuahua)
 
· Jaime Flores
· Héctor Murguía Lardizábal
· Guillermo Márquez
· Maurilio Ochoa
· Guadalupe Pérez
· Alejandro Cano
· Carlos Campos
 
 
 
Miguel Ángel Osorio (Hidalgo)
 
· Héctor Pedraza
· David Penchyna
· Ramón Ramírez
· Alma Viggiano
· Jorge Romero
· Jorge Rojo
· Angélica Hernández
 
 
 
Natividad González (Nuevo León)

 
· Ildefonso Guajardo
· Alonso Bailey
· María Aguirre
· Fermín Montes
· Rogelio Cerda
 
 
 
Jesús Aguilar Padilla (Sinaloa)
 
Óscar Lara
· Rolando Zubia
· Rolando Bojórquez
· Diva Gastélum
Óscar Lara
· Miguel García Granados
 
 
 
Eugenio Hernández Flores (Tamaulipas)
 
· Alejandro Guevara Cobos
· Cristabell Zamora
· Everardo Villarreal
· Edgardo Melhem
· Baltazar Hinojosa
· Rodolfo Torre
· Martín Gil Ortiz
· Francisco Rábago
 
 
 
PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA
 
Nueva Izquierda (Chuchos)
 
· Jesús Zambrano
· Guadalupe Acosta Naranjo
· Víctor Hugo Círigo
· José Narro
· Marcos Alberto Covarrubias
· Víctor Manuel Castro
· Nazario Norberto Sánchez
· Vidal Llerenas
· Esthela Damián Peralta
· Laura Piña
· Mauricio Toledo
· Mary Telma Guajardo
· Obdulia Torres
· Federico Ovalle
· Argelia Cruz
· Bélgica Nabil Carmona
· Filemón Navarro
· Ilich Augusto Lozano
· Feliciano Rosendo Marín
· Lizbeth García
· Carlos Torres Piña
 
 
 
Leonel Godoy (Michoacán)
 
· Julio César Godoy
· José Marciano Torres
· Emiliano Velázquez
· Víctor Manuel Báez
· José María Valencia
 
 
 
Amalia García (Zacatecas)
 
· María Dina Herrera
· Martín García Avilés
· Gerardo Leyva
· Ramón Jiménez
· Heladio Verver
· Samuel Herrera
· Claudia Edith Anaya
· José Luis Jaime
 
 
 
Andrés Manuel López Obrador
 
 
PRD
 
· Alejandro Encinas
· Juventino Castro
· Teresa Incháustegui
· Leticia Quezada
· Ramón Jiménez
· Balfre Vargas
· Agustín Guerrero
· Emilio Serrano
· Héctor Hugo Hernández
· Leticia Robles
· Avelino Méndez
· Arturo Santana
· Rodolfo Lara
· Florentina Morales
· Francisco Burelo
· Adán Augusto López
 
 
PT
 
· Jaime Cárdenas
· Gerardo Fernández Noroña
· Mario Di Costanzo
· Porfirio Muñoz Ledo
· Ifigenia Martínez
· Laura Itzel Castillo
· Enrique Ibarra
dÓscar González Yáñez
· Herón Escobar
· Pedro Vázquez
 
 
 
Convergencia
 
· Bertha Elena Luján
· Armando López Velarde
· Pedro Jiménez
 
 
 
Elba Esther
 
SNTE
 
 
Panal
 
· Jorge Kahwagi
· Reyes Tamez
· Roberto Pérez de Alva
· Cora Cecilia Pinedo
· Elsa María Martínez
· Liev Vladimir Ramos
· Karla Daniella Villarreal
· Jaime Arturo Vázquez
· Sarbelio Augusto Molina
· Juan Nicolás Callejas (PRI)
· Germán Contreras (PRI)
· César Daniel González (PAN)
 
 
 
Cúpulas Empresariales
 
 
· José Luis Velasco Lino (PRI)
· Esteban Albarrán (PRI)
· Jorge Alberto Juraidini (PRI)
· Roberto Rebollo (PRI)
· Gastón Luken (PAN)
· Pedro Peralta Rivas (PAN)
· Juan José Guerra Abud (PVEM)
 
 
 
SINDICATOS
 
 
Petroleros
 
· Lorenzo Quiroz Cruz
· Antonio Martínez Armengol
· José del Pilar Córdova
· Víctor Manuel Kidnie
 
 
 
CNC
 
· Narcedalia Ramírez
· Cruz López Aguilar
· Felipe Cervera
Óscar García Barrón
· Guillermina Cacique
· Eduardo Velasco Monroy
· Hilaria Domínguez Arvizu
· Gerardo Sánchez García
 
 
 
CTM
 
· Leobardo Soto Martínez
· Rafael Yerena Zambrano
· Armando Neyra Chávez
· Tereso Medina Ramírez
 
 
 
Víctor Flores (Ferrocarrileros)

 
· Isaías González (CROC)
· David Hernández (CROC)
· Marco García Ayala (Secretaría de Salud)
· Francisco Hernández Juárez (PRD, Telefonistas-UNT)
 
 
 
Sindicato del IMSS
 
· Valdemar Gutiérrez (PAN)
· Clara Gómez Caro (PRI)
 
 
 
Telebancada (PVEM)

 
· Ninfa Clara Salinas Sada
· Adriana Sarur Torre
· Lorena Corona Valdés (Suplente: Miguel Orozco Gómez)
· Rodrigo Perezalonso González (Suplente: Roberto García Requena)
· Mariana Ivette Ezeta Salcedo (Suplente: Carlos Alberto Ezeta Salcedo)
· Juan Gerardo Flores Ramírez (Suplente: Verónica Rocío Tomas Ruiz)
 
 
 
Juan Sabines
(Chiapas)
 
· Ovidio Cortázar Ramos (PAN)
· Sergio Lobato (PRI)
· Roberto Albores Gleason (PRI)
· Juan Carlos López Fernández (PRD)
· José Luis Abarca (PRD)
· Ariel Gómez (PRD)
· Ernesto Gutiérrez (PRD)

Encuesta GEA ISA Elecciones Federales 5 julio 2009

julio 31, 2009

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PRI habemus, Adolfo Sánchez Rebolledo

julio 31, 2009

PRI habemus

Adolfo Sánchez Rebolledo 30/07/09

 

El hecho político es que tenemos al PRI de vuelta. El Revolucionario Institucional supo aprovechar el peso de sus estructuras territoriales, la capacidad organizativa instalada, es decir, su inserción como partido nacional y la fuerza local de los gobernadores, el apoyo no disimulado de Televisa, así como el desgaste de las demás opciones, azotadas por la desilusión y el hartazgo. Le bastó una campaña mediocre para movilizar a sus huestes, neutralizar a los desencantados y, en el colmo, atraer a una porción de los inconformes que antes votaron a la izquierda. Además, aunque parezca increíble, el gobierno otorgó al tricolor cierta calidad de víctima del juego sucio electoral que ni en sus mejores sueños habría imaginado. Si, como resulta obvio, la única verdadera preocupación del partido es ganar en 2012, más allá de discernir los nombres y los clanes en pugna, la pregunta obligada es absolutamente elemental: ¿para qué quieren la Presidencia? ¿Qué propone al país este PRI del siglo XXI que no se hubiera ensayado antes?

Siempre se ha dicho, sin que nadie lo desmienta, que el PRI es una gran coalición de intereses diversos y encontrados, donde se topan y neutralizan los impulsos populares y los afanes oligárquicos, los resortes corporativistas y las fantasías tecnocráticas de la alta burocracia, el refinamiento de las elites de la familia revolucionaria y las tradiciones nacionalistas más plebeyas, el profesionalismo disciplinado de los políticos de clase y el oportunismo generacional de los nuevos demócratas, en fin, ese universo multiforme que hoy gira bajo la órbita de las posiciones de mando creadas en el jardín federal en torno a los gobernadores.

Durante décadas, esta coalición se mantuvo unida en torno a la ideología de la Revolución Mexicana y un programa de desarrollo social que, si bien privilegiaba la estabilidad política, alcanzaba para crecer y, en cierto modo, reducir los extremos de la desigualdad.

Podría decirse que la vida del PRI, su razón de ser, está vinculada con el ciclo histórico de la revolución de 1910. Nace con él, con él declina inexorablemente. Incapaz de poner a punto dicha herencia, la invocación retórica de la razón revolucionaria va despojándose uno a uno de sus contenidos. En 68 se cruza un límite y la crisis ideológica se extiende y profundiza. El fortalecimiento de la sociedad civil, el ascenso de las luchas populares, las crisis sucesivas,  la integración al orden económico y los ajustes recetados por los centros de poder internacional harán el resto.

Aquí, la defensa a ultranza del orden político autoritario a través del cuentagotas de las mínimas concesiones legales no impide la solapada insurrección de los hombres de empresa, que ya en los años 70 comienzan a exigir, contra las políticas socializantes, más mercado y menos Estado, un arreglo mayor entre los grupos de poder económico y la alta burocracia gobernante, usando como puente entre ambos extremos a una nueva generación de funcionarios formados técnica e ideológicamente en el corazón del capitalismo liberal.

Las cosas son de tal manera, que antes de perder la Presidencia, el Revolucionario Institucional sabe que ya no puede presentarse como el partido de la nación ni defender la Revolución Mexicana como la única fuente de inspiración ideológica.

Frente a una sociedad que se ciudadaniza, el PRI resulta ser el baluarte del corporativismo, esto es, la trágica caricatura del Estado reformador sostenido por las masas trabajadoras del campo y la ciudad. En lugar de volver a los orígenes para refundar el Estado, el grupo dominante cede y adopta íntegro el programa que le dictan sus adversarios históricos y las voces hegemónicas del capitalismo global.

La reforma del Estado se reduce a liquidar las lacras del estatismo, pero con ellas se lleva también el legado renovador de la insurgencia mexicana. Fieles al presidencialismo y sus códigos, los priístas observan cómo la vida mexicana es sacudida por el huracán modernizador que entierra los últimos vestigios de la ideología revolucionaria, pero se quedan paralizados, pese a los reclamos y los candados que la irritación dictará a su paso. (Con la notable excepción de la Corriente Democrática surgida en los años 80, no hubo grandes rupturas.) Una generación de tecnócratas, en realidad nuevos intelectuales orgánicos, genéticamente emparentados con las tradiciones más conservadoras de la derecha tradicional, completan la liquidación ideológica del compromiso social y la rectoría del Estado. Se impone, con las adaptaciones del caso, el pensamiento único que nos debería llevar a la modernidad. No hay tal.

Ni siquiera esa curiosidad ideológica llamada liberalismo social sobrevive a la debacle del estatismo y a otros anacronismos que el canon individualista condena a la extinción.

 Sin embargo, los nuevos paradigmas no fluyen, o se estancan en sus imitaciones locales de hojalata y cobre. En lugar de un nuevo proyecto para México que incluya a la democracia, se anulan las definiciones programáticas, inclusive por encima de la Constitución. Las clases dominantes querían modernización, pero sin quebrantar sus privilegios. Les bastaba con ser el cabús de la gran economía del norte. Ahora esa vía se ha cerrado. La desmoralización cívica es notoria; el fracaso económico no tiene par.

¿A quién responderá el PRI del siglo XXI en estas circunstancias? ¿A las pulsiones populares que aún le permiten ganar elecciones, al cálculo de sus líderes para volver a la Presidencia a enseñarle a la derecha cómo hacer las cosas en alianza con los grandes intereses?

El gobierno de Calderón consiguió evitar que la discusión sobre la crisis y la legitimidad del gobierno ocupara el campo electoral, pero toca ahora al tricolor demostrar que un partido es algo más que un socio a modo del gobierno de turno. Tal vez ni lo consiga ni se lo proponga siquiera. Pero después de todo faltan tres años para 2012 y es mucho tiempo. Y para ganar las elecciones, como los partidos de futbol, primero hay que jugarlos. ¿O Peña Nieto será la excepción?

Nota sobre el peso legislativo del Estado de México (EPN)

julio 28, 2009

Enrique Peña Nieto, Mario Marín, Ulises Ruiz y Fidel Herrera, alfiles

Víctor Chávez

Martes, 28 de julio de 2009

 

El mexiquense Enrique Peña Nieto; Mario Marín Torres, de Puebla; Ulises Ruiz Ortiz, de Oaxaca, y Fidel Herrera Beltrán, de Veracruz, serán los actores con mayor peso en las negociaciones de la mayoritaria bancada del PRI de la nueva Legislatura que comienza en septiembre en la Cámara de Diputados.

Con una gigantesca bancada de poco más de 40 legisladores federales mexiquenses -de acuerdo con los distritos ganados y un estimado de posiciones plurinominales, procedimiento que aún no concluye-, las alrededor de 25 curules veracruzanas, 18 poblanas, 15 oaxaqueñas, serán determinantes para aprobar o vetar cualquier iniciativa de ley en la próxima Legislatura.

Lo anterior, sin dejar de anotar la importante presencia y alta cotización que tendrán las diez posiciones del flamante gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina de la Cruz; aunadas a las 12 de José Reyes Baeza, de Chihuahua; las diez de Humberto Moreira Valdés, de Coahuila; y las diez de Eugenio Hernández Flores, de Tamaulipas.

Y es que la propia dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes Rangel, anticipó, frente a ellos mismos, que «los gobernadores tendrán la principal decisión en las tareas y en la agenda del Legislativo».

Primero, admitió que «el carisma, el prestigio y la empatía» de Enrique Peña Nieto fueron un factor determinante para el arrollador triunfo del partido tricolor en el Estado de México, que desplazó a PAN y PRD en sus propios bastiones tradicionales.

Incluso, recalcó que su presencia y apoyo fueron fundamentales para las victorias en San Luis Potosí, Querétaro, Morelos, y Nuevo León.

Por ello, insistió en que «los gobernadores fueron parte fundamental en la construcción de la victoria».

Y es que el PRI en el Estado de México ganó 37 de los 40 distritos; en Veracruz obtuvo 17 de 21; en Puebla alcanzó 15 de 16; en Oaxaca se apoderó de los 11.

Por todo ello, Paredes Rangel dejó en claro que, por lo pronto, «los gobernadores tendrán voz y voto de un gran peso en la elección de quien será el nuevo coordinador parlamentario de la bancada tricolor» en San Lázaro.

De antemano, los mandatarios locales dejaron claro ante la dirigencia nacional del partido y a sus legisladores que entre los temas que pondrán en la mesa se encuentran el de los recortes presupuestales y el diferimiento de la entrega de los recursos que les corresponden, lo que -dijeron- está poniendo en riesgo obras estratégicas para el desarrollo de las entidades federativas.

El Horno del PAN, Jorge Alcocer

julio 28, 2009

Jorge Alcocer V. / El horno del PAN


Jorge Alcocer V.

(28 julio 2009).- Los partidos políticos son «entidades de interés público», por ello sus actos trascienden el estrecho ámbito de sus afiliados, son motivo de interés para la opinión pública, el análisis y la crítica. Sin embargo, está claro que en sus decisiones internas están sujetos a sus propias normas y a la decisión de sus órganos de dirección.

El PAN atraviesa, no de ahora, por una situación crítica, que no pocos califican de crisis. La proclividad a encontrar tal condición en todos los ámbitos imaginables de la vida pública, o a descubrir parteaguas en cada situación coyuntural, produce una inevitable distancia ante el catastrofismo implícito en tales visiones. Desde que tengo memoria, los partidos están en crisis, y he leído de tantos parteaguas que, como escribí antes, ya me compré un paraguas.

Una y otra vez las anunciadas fracturas partidistas quedan en agua de borrajas; porque los agoreros olvidan que a partir de 1977, y sobre todo después de la reforma de 1996, la ley y el financiamiento público operan como cemento para la unidad de los partidos. La última división, con resultados relativamente exitosos para los disidentes, fue la protagonizada por Cuauhtémoc Cárdenas en 1987. Y ahora vemos a dónde llegó esa historia. Después de la fundación del PRD, en 1989, ningún grupo disidente ha tenido éxito en fundar un partido perdurable; lo que hemos visto, una y otra vez, es el cambio de camiseta y la confesión de los conversos que lavan sus pecados originales en el Jordán del partido que les da asilo y cargo.

Las derrotas electorales producen en los partidos movimiento telúricos, de mayor o menor intensidad; pero se trata de reacomodos que, siendo inevitables, son cíclicos. Uno gana, otros pierden. De eso se trata la normalidad democrática. Porque en democracia nadie gana todo, ni para siempre. El ganador de hoy puede ser el derrotado de mañana. En 2003, el PRI, dirigido por Roberto Madrazo, fue el ganador, y tres años más tarde se hundió hasta un lejano e inédito tercer sitio.

El PAN ha perdido su condición de primera minoría en la Cámara de Diputados, pero está lejos de una catástrofe en ese ámbito. Las comparaciones dependen del punto de referencia, si es 2006, los resultados del PRI son espectaculares, si es 2003, hay que moderar el triunfalismo. En San Lázaro nadie tendrá mayoría absoluta, y en el Senado el PAN mantiene la llave de la cerradura. En cambio, si el análisis es de resultados en elecciones locales, la derrota del PAN es casi catastrófica. El nuevo mapa del reparto del poder, en esos ámbitos, así lo prueba.

La precipitada renuncia de Germán Martínez fue la cereza en la derrota. Metió a su partido en una dinámica de confrontación. Las tensiones acumuladas a lo largo de nueve años han salido a flote sin que nadie sepa cómo encauzarlas. Los genes opositores del panismo dominan sus conductas, como se comprobó en el tono y tonada de su propaganda durante 2009. Desde 2000, en Los Pinos, se acudió al expediente probado, pero mal copiado, del PRI: el presidente de la República como jefe nato del partido. Así decidió Fox por Espino, y Calderón por Martínez.

Que César Nava, candidato a la jefatura panista, lo es por decisión de Calderón, es una verdad del tamaño del Ajusco, como del mismo tamaño es saber que el Presidente no puede admitir que a ese cargo arribe uno de sus adversarios. Eso se entiende, pero no la pertinaz cerrazón para ver más allá de su estrecho círculo. Tuvo opciones para sustituir al pupilo renunciante, unir a su partido y ver los tres años por delante con otros lentes, pero se negó a considerarlas, profundizando el descontento de quienes exigen primero el balance y luego el relevo.

De los opositores sólo cabe apuntar que sus diferencias lastraron sus posibilidades. Como a los anulistas, los une el no, pero los inhabilita el sí. En el grupo más visible y activo hay demasiadas historias de complicidades e ineptitudes. Ricardo García Cervantes y Javier Corral son harina de otro costal, con la que puede hornearse otro pan.

Jesús Ortega, entrevista Reforma

julio 28, 2009

Entrevista / Jesús Ortega / Plantea cancelar elección abierta

Jesús Ortega: Presidente del PRD

Claudia Salazar

(28 julio 2009).- Jesús Ortega reconoce que el PRD está en el límite y propone que para salvar al partido de sus crisis se elimine la elección universal, directa y secreta de dirigentes y candidatos, porque es la causa y origen de las disputas internas.

Como parte de la propuesta de reforma que presentará en el Consejo Nacional del fin de semana, el presidente nacional del PRD plantea nuevas reglas para lograr la democracia interna sin confrontación.

«Las elecciones en el PRD son un problema más que una solución», declaró en entrevista con REFORMA.

En su propuesta, planteará que el presidente del partido sea electo por el Consejo Nacional y que los órganos de decisión tengan facultades para elegir dirigentes y candidatos.

«No hay alternativa, no hay opción, o hacemos la reforma en este Congreso Nacional(a convocarse para diciembre) o la fractura será mayor», advirtió.

 
 
¿A qué conclusión llegó sobre las causas del resultado electoral del 12 por ciento? ¿Es la debacle?

No podría calificar el resultado como una debacle. El PRD está muy lejano de una situación de catástrofe, sí es un resultado malo en el que influyeron varios factores:
 
El olvido de los principios éticos que le dieron origen al PRD, porque se pelean regidurías, diputaciones y posiciones sólo para ocupar espacios de poder. Es un cáncer que ha invadido a los órganos del partido.

La visión patrimonialista, que provoca malos candidatos. En el DF fue un error hacer la elección interna, el PRD ya no resiste otro procedimiento así, el ejemplo es Iztapalapa.

Los casos de Zacatecas y Michoacán impactaron en el resultado electoral.

La propaganda fue buena, pero faltó contundencia a nuestro mensaje sobre el asunto del desempleo y crisis económica.

Y fuimos a la campaña con dos visiones de partido y unos compañeros se fueron con otros partidos.

 
 
¿Fue una responsabilidad colectiva?

Nunca las derrotas son resultado de una sola persona, eso no me lleva a reconocer que yo soy el principal responsable, lo asumo. A pesar de que se hizo el esfuerzo, no se pudieron solucionar los problemas.

Con serenidad y cautela veamos las causas y no constituyamos comités de salud pública para ir irracionalmente a cortar cabezas.

 
 
Le pidieron la renuncia al PRD ¿por qué no lo hizo?

Desde luego pensé en esa posibilidad, pero con responsabilidad decidí no hacerlo, porque el PRD no debe actuar imitando lo que hacen otros partidos.

Han sido solicitudes con ánimos de venganza, rencores, oportunismos y en algunos casos mala fe.

La circunstancia del PRD y el PAN es diferente, German fue puesto por el Presidente y él lo destituye, como ahora pone a César Nava.

Yo no soy resultado de ninguna imposición, quizá soy el primer presidente del partido que no es resultado de una decisión de uno de los líderes «morales», como les llaman.

No era buena la renuncia, porque en una situación de inestabilidad lo peor es que se suelte el volante, el control.

 
 
Se vio su permanencia como un intercambio frente a la no expulsión de López Obrador.

Esa lectura es equivocada. Nunca se puso ni se pondrá mi permanencia en el PRD en términos de intercambio ni la aceptaría. Yo no iba renunciar bajo ninguna circunstancia.

Se analizó el resultado y se concluyó que uno de los factores fue la división interna y que sería un suicidio insistir en ello. Había que parar el deterioro del PRD con una reforma del partido.

 
 
¿No hay una fractura, a pesar de que hay dos visiones diferentes en el PRD?

Hay visiones y comportamientos del quehacer político diferentes y esa es la esencia de la reforma ¿Pueden en una entidad política convivir compañeros que tienen diferencias? Unos dicen que no y para mi eso es una salida falsa.

El centro de mi propuesta es lograr una forma de convivencia civilizada y democrática, que permita una lucha común por objetivos comunes, aunque haya diferencias.

 
 
¿Cuál es su propuesta de reforma del partido?

Propongo que el presidente del partido no sea electo por el voto universal, directo y secreto, sino por el Consejo Nacional, de entre sus miembros, para que dé cuentas permanentemente y esté sujeto a las decisiones de este órgano.

La democracia indirecta es válida para tomar decisiones.

Que los órganos directivos del partido tengan facultades de elección de dirigentes y de candidatos, porque las elecciones en el PRD se han convertido más en un problema que en una solución.

 
 
¿Qué le pediría a Cuauhtémoc Cárdenas y a López Obrador para que contribuyan en la reforma del PRD?

Deben hacerlo, son liderazgos muy importantes.

Ellos deberían contribuir a la reforma del partido, a cultivar los principios democráticos, a institucionalizarlo; pero no es fácil.

A muchas personas se les impone el espíritu conservador y se convierten en obstáculos para la reforma del partido.

A ellos y a los dirigentes de corrientes les pediría ¡vamos por la reforma del partido! para que superemos la crisis en la que nos encontremos.

 
 
 
Así lo dijo
 
«O hacemos la reforma o caemos en una dinámica más aguda de confrontación interna y en nuestra influencia en la vida política del país».

«En un acto decisivo de la reforma, pediría disolverse como grupos de presión, todas las corrientes».

Retrato de Felipe Calderón, carta de Carlos Castillo Peraza

julio 22, 2009

Un retrato de Felipe Calderón

Carta escrita por Carlos Castillo Peraza a Felipe Calderón, semanas después de que éste asumiera el cargo como presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN.

 
 

 Carlos Castillo Peraza

Politólogo. Fue presidente del PAN en 1993; en 1998 renunció a la militancia de ese partido para dedicarse a actividades académicas. Falleció en septiembre de 2000.

 

 
 

México, D.F., 8 de mayo de 1996

 
 

 
 

Querido Felipe:

      
 

                Para mí es mucho más sencillo expresarme por escrito. Por eso lo haré así, poco antes de ausentarme por unos 22 días, lo que nos dará al uno y al otro tiempo para pensar en lo escrito y en lo -espero- leído.

 
 

Me preocupó sobremanera un par de expresiones utilizadas por ti durante nuestra más reciente conversación en tu oficina provisional. La primera fue: «Si no me meto, no me hacen caso»; la segunda: «No he encontrado mi alter ego«.

 
 

Creo que las realidades que expresan esas dos frases tuyas están emparentadas. Trataré de explicarme, comenzando por la segunda.

 
 

¿Por qué no encuentra un jefe a ese alter ego? Creo que porque para que haya un «otro yo», varios «otro yo» el jefe debe hacerle saber y sentir a sus subalternos que, en efecto, son «yo», es decir, darles toda su confianza. El subalterno debe saber que el jefe depende totalmente de él porque lo considera capaz de hacer las cosas bien, tal como el jefe mismo las haría. Debe saber que el jefe pone en sus manos su nombre, su fama, su prestigio, su capacidad e incluso su liderazgo. Debe sentir que lo que él hace lo está haciendo el jefe, y que el jefe responderá por él si se equivoca. Debe sentir que en lo que su jefe le encomienda el jefe es él, esto es, el alter de ese ego. Pero esto implica que el jefe deje su ego en ese alter. Y que lo deje en serio: en lo que se le encarga, el alter tiene que estar seguro de que él es «el perro de adelante»; y que el jefe no se pondrá ni antes ni al lado de él, sino detrás; que el jefe lo seguirá en lo que le puso en las manos; que leerá lo que le encomendó escribirle; que se sentará donde decida el alter al que le encomendó diseñar el presidium; que sólo cuando el subalterno le diga que «esto debe resolverlo usted», debe tomar el asunto en sus manos de jefe, etc.

 
 

Nadie se sentirá tu «otro yo» si le revisas todo, si le sospechas todo, si le desconfías, si acabas haciendo las cosas tú. Así nunca encontrarás todos los alter ego que hoy necesita un presidente del PAN. Y te ahogará el trabajo. Y sabrás todo, pero no presidirás. Y tendrás a tu gente en el temor, en la disciplina pero no en el entusiasmo ni en la creatividad. Y… tendrás que meterte en todo para que te hagan caso, porque tú no les haces caso a tus subalternos, y ellos saben que no cuentan, que tienen que esperar a que tú decidas, que les vas a cambiar las órdenes sobre la marcha, que no los consideras responsables.

 
 

Tu naturaleza, tu temperamento es ser desconfiado hasta de tu sombra. Si te dejas llevar por ése, entonces no te asustes de no contar ni con tu sombra: ella misma se dará cuenta que es sombra, pero que no es tuya; será sombra para sí, no contigo, no tuya. Dile al perro de adelante de cada uno de los trineos de tu flotilla que él es el único que ve un horizonte distinto. Tú tendrás así la mirada de todos los horizontes; no tendrás que verle las patas a todos, ni las correas a todos: serás el Can Mayor, vigía de todos los horizontes y patrón de todos los trineos. Presidirás: estarás sentado arriba. Desde allí, vigila y exige con suavidad; carga sobre ti los errores de ellos. Acertarás con ellos. El riesgo es que todas las fallas se te carguen a ti. La oportunidad es que los aciertos serán todos tuyos. Pero con este proceder, lograrás que tus subalternos serán tuyos contigo: no envidiarán tus medallas porque las sabrán de ellos; no te cargarán sus tropiezos porque los sabrán suyos. Serán uno. Crecerá el partido con el crecimiento de sus dirigentes. Serás su líder, la cabeza del cuerpo que sabrán y sentirán suyo; te sabrán su cabeza. Y esto es importante porque nadie te niega que eres cabeza y que tienes cabeza. Yo menos que nadie.

 
 

Diles qué quieres y para cuándo. No les digas ni te metas en el cómo y confía; corre el riesgo de confiar. Puedes hacerlo, porque en torno de ti no hay gente de mala voluntad y tampoco retrasados mentales. Sólo personas que tienen derecho a la oportunidad de ser ellas, de pensar por sí mismas, de correr el riesgo de equivocarse, de agradecer la oportunidad de acertar. Estoy seguro de que acertarán más veces de lo que imaginas. «A los hijos dice un refrán japonés hay que darles sólo dos cosas: raíces y alas». Gibrán añade: «Nuestros hijos son flechas, nosotros somos arqueros. Nuestra responsabilidad es darles la tensión de la buena madera y la buena cuerda y el buen músculo, no hacerles el vuelo».

 
 

Perdona la intromisión. Un abrazo. Me voy con mi hijo mayor a Alemania. Voy a darle la última entrega de raíces, antes de que parta a volar con sus alas en octubre, cuando cumplirá dieciocho años. Espero tensar bien la cuerda por vez postrera, antes de soltarla para que parta esa amada flecha, ya sola en pos de su propia trayectoria y en busca de su propio blanco.

 
 

Hasta pronto, Jefe

 
 

Carlos Castillo Peraza

Daniel Cosío Villegas: anticipa crisis del PAN

julio 22, 2009

Desplomarse al hacerse gobierno

Documento Crisis en el PAN. En su ensayo La crisis de México, escrito en 1946, Daniel Cosío Villegas advertía que si la derecha llegaba al gobierno se derrumbaría


(19 julio 2009).- México viene padeciendo hace ya algunos años una crisis que agrava día con día; pero como en los casos de enfermedad mortal en una familia, nadie habla del asunto, o lo hace con un optimismo trágicamente irreal. La crisis proviene de que las metas de la Revolución se han agotado, al grado de que el término mismo de revolución carece ya de sentido. Y, como de costumbre, todos los grupos políticos continúan obrando guiados por los fines más inmediatos, sin que a ninguno parezca importarle el destino final del país…

Una solución se ocurre casi enseguida: entregar el poder a las derechas. Puesto que las izquierdas se han gastado llevando su programa hasta donde pudieron, puesto que las izquierdas se han corrompido y no cuentan ya con la autoridad moral, ni siquiera política, necesaria para hacer un gobierno eficaz y grato, déjese el turno a las derechas, que no han dirigido el país desde 1910…

No hay sino dos consideraciones que impiden recomendar esa solución: sus peligros, desde luego; pero, sobre todo, el temor de que el país no obtuviera otro beneficio que el bien triste de convertirse en teatro de nuevas y estériles luchas. Porque, ¿México puede esperar algo de las derechas?

La derecha mexicana, como la de todo el mundo, no es la mano cordial; carece de la comprensión y de la generosidad de que tanto necesita nuestro desdichado país. Por añadidura, nada nos ofrece que sea nuevo o mejor de lo que ahora tenemos. Desde este punto de vista, México no podría encontrarse en una situación ni más angustiosa ni más desesperada, pues no se encaminaría mejor acudiendo a la fórmula, después de todo tan simple, de cambiar de régimen y de signo político.

No pensemos ya en el sinarquismo, partido de una ramplonería mental propia sólo del desierto, ni en las derechas que proceden de disensiones entre facciones de la Revolución, sino en Acción Nacional. En primer lugar, me parece claro que Acción Nacional cuenta con dos fuentes únicas de sustentación: la Iglesia católica y el desprestigio de los regímenes revolucionarios; pero la medida de la escasa fuerza final que tendría la da el hecho de que se alimenta mucho más de la segunda fuente que de la primera, a pesar de la tradicional generosidad nutricia de la Iglesia católica para amamantar a todo partido retrógrado. Esto quiere decir que Acción Nacional se desplomaría al hacerse gobierno. ¿Tendría, llegado ese momento, algo más para vivir por sí misma y guiar al país? No cuenta ahora ni con principio ni con hombres y, en consecuencia, no podría improvisar ni los unos ni los otros. En sus ya largos años de vida, su escasa e intermitente actividad se ha gastado en una labor de denuncia; pero poco o nada ha dicho sobre cómo organizaría las instituciones del país. Creo recordar que alguna vez sostuvo que la «base» de la educación era la familia, lo cual quiere decir, o muy poco, o demasiado, y más bien lo primero que lo segundo. Y ¿quiénes son los hombres de Acción Nacional? Son los que en el porfirismo se llamaban personas decentes, lo cual quería decir, en la forma, una reminiscencia muy lejana del vestir inglés y, en el fondo, una mentalidad señoritil. Y, de nuevo, mucho del valor que hoy parecen tener esos hombres de Acción Nacional se deriva del desprestigio de los hombres de la Revolución. La prensa y la Iglesia han hecho de Manuel Gómez Morin, el jefe de Acción Nacional, casi un santo, y de Vicente Lombardo, la figura mayor del movimiento obrero, casi un villano; pero Manuel Gómez Morin sabe, como nadie en este mundo, que él no es superior a Lombardo ni mental ni moralmente. El hecho de que muchos jóvenes votaran a favor de la candidatura del doctor Mario Torroella para senador del Distrito Federal, sólo puede tener la explicación de que votaban en contra de Fidel Velázquez, secretario de la Confederación de Trabajadores, pues carece de toda seriedad suponer que al primero se le puede mirar, objetivamente, como mejor gobernante o legislador. México puede y debe tener, en suma, una fundada desconfianza hacia un partido, hacia todo partido que no haya sabido forjar en el ayuno de la oposición un programa claro, ahora sí que de acción nacional, y que no dé la reconfortante sensación de que la marcha es hacia un nuevo día y no hacia la noche, ya muerta y callada…

 
Fragmento del ensayo La crisis de México de Daniel Cosío Villegas. Extraído de Cuadernos americanos, volumen seis, 2 de marzo de 1947, Universidad Nacional Autónoma de México.

 
 
 
Conózcalo
 
Daniel Cosío Villegas (1898-1976).

Estudios: abogado por la Universidad Nacional, estudió economía en Harvard, Wisconsin, Cornell, la London School of Economic y la Ecole Libre de Sciences Politiques.

Trayectoria: secretario general de la UNAM. Fundador y director de El Trimestre Económico y del FCE. Presidente de El Colegio de México. Encabezó el Consejo Económico y Social de la ONU.

Obras: El sistema político mexicano, El estilo personal de gobernar y La sucesión presidencial.

Análisis sobre el PVEM de Jenaro Villamil

julio 21, 2009

PVEM: Una franquicia rentable

JENARO VILLAMIL

La dirigencia del PVEM asegura que el partido es verde, pero cambia de color cada sexenio: lo mismo teje alianzas con los azules del PAN que con los tricolores del PRI. Y aun cuando pregona que la organización es defensora del medio ambiente, es partida-ria de la pena de muerte, lo que incluso la enemistó con sus pares de Europa. Impulsado también por el duopolio de la televisión privada, el partido de la familia González Torres en realidad funciona, dicen sus críticos, como una «franquicia», tan rentable que ahora ya es la cuarta fuerza política del país.


En febrero pasado, al tiempo que las revistas TV y Novelas y Vértigo, filiales de Televisa y TV Azteca, respectivamente, iniciaron la intensa difusión de publirreportajes del Partido Verde Ecologista Mexicano (PVEM), voceros del Partido Verde Europeo y de otras federaciones ecologistas internacionales criticaron a la organización mexicana por su propuesta en favor de la pena de muerte.
En su deslinde, el vocero del European Green Party (EGP), Phillippe Lambert, explicó: «El PVEM se ha colocado a sí mismo afuera de la amplia y diversa familia de los Verdes Globales actuando en violación a un valor básico que todos compartimos. El rechazo de la pena de muerte es compartido por todos los Partidos Verdes, incluso en países donde todavía está en vigor. El PVEM ha hecho una excepción inaceptable, y de acuerdo a eso nosotros no lo aceptamos más como parte de la familia política de los verdes».
Sin embargo, la expulsión de facto del PVEM de los organismos proambientalistas fue ignorada por los medios nacionales, a pesar de que ese partido ya se perfilaba como la cuarta fuerza política en las elecciones del domingo 5 de julio. A su vez, los dirigentes del Verde enviaron una carta al EGP en la que arguyeron que la posición de las confederaciones europeas era «antidemocrática» y «colonial».
Desde su origen, en 1986, el PVEM ha sido criticado por su desnaturalización y las incongruencias en el discurso de sus representantes; incluso algunos exmilitantes, analistas y organizaciones no gubernamentales comparan a ese partido con una franquicia que, administrada por la familia González Torres, se «alquila» al mejor postor en defensa de las posiciones que le reditúan popularidad y votos, aunque no coincidan con sus postulados ambientalistas.
Y ahora, con la ayuda del PRI y del duopolio televisivo, el PVEM será la cuarta fuerza en la Cámara de Diputados, donde contará con 22 curules en la próxima legislatura, cuatro de mayoría relativa y 18 de representación proporcional.
De las 18 diputaciones de representación proporcional, una será para Ninfa Salinas Sada, hija del propietario de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, y cinco para personas vinculadas al director jurídico de Televisa, Javier Tejado Dondé, o a la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT). 
Son los casos, entre otros, de Miguel Orozco Gómez, suplente de Lorena Corona Valdez, asistente de Tejado Dondé que ocupa el segundo lugar de la primera circunscripción, y de Rodrigo Perezalonso González, quien encabeza la segunda circunscripción, y desde hace dos años ha trabajado con Tejado Dondé; además, ha sido representante de Televisa en el Consejo de Autorregulación de la CIRT.
Así mismo, están los hermanos Carlos Ezeta Salcedo, suplente de su hermana Mariana Ivette Ezeta Salcedo. Ambos están vinculados con el director jurídico de Televisa; lo mismo sucede con Verónica Rocío Tomás Ruiz, asistente desde hace ocho años del mismo directivo del consorcio de avenida Chapultepec y suplente de Juan Gerardo Flores Ramírez en la primera posición de la tercera circunscripción.
La «bancada verde» en realidad estará al servicio de las dos grandes empresas televisivas en lo relativo a cualquier reforma a las leyes de telecomunicaciones y de radio y televisión que afecte sus intereses. 

La alianza con el PRI

Pero no sólo las televisoras permitieron que el PVEM obtuviera poco más de 6.5% de la votación nacional y alcanzara 2 millones 328 mil votos, desplazando incluso al PRD como tercera fuerza electoral en 10 entidades, de acuerdo al cómputo del Instituto Federal Electoral (IFE).
La alianza con los distintos grupos de poder dentro del PRI permitió al PVEM obtener una holgada votación. De acuerdo con un análisis del Comité Conciudadano para la Observación Electoral, el PVEM incluyó en las primeras posiciones de representación proporcional «a personajes singulares, ya sea por su falta de experiencia política o por sus claros vínculos con grupos políticos y empresariales».
En su análisis, que forma parte del proyecto Por un Congreso con rostro, el comité cita a Pablo Escudero Morales, el segundo en la lista de la cuarta circunscripción, y a Carlos Samuel Moreno Terán, quien encabeza la lista de la primera circunscripción. Ambos, arguye, están vinculados con el senador priista Manlio Fabio Beltrones; «el primero es su yerno», mientras que el segundo fue su secretario técnico cuando el sonorense fue gobernador de su estado, anota el análisis.
Así mismo, menciona a Carolina García Cañón y a su suplente, Alejandro del Mazo Maza, quienes ocupan el segundo lugar de la quinta circunscripción que están «relacionados con el gobernador del Estado de México», Enrique Peña Nieto. Otro caso es el de Soraya Pérez Murguía, exfuncionaria de Peña Nieto, suplente de Gustavo Juárez García, en la posición tres de la tercera circunscripción.
En las elecciones locales del Estado de México, el PRI local firmó un convenio de coalición con el PVEM que permitirá al segundo partido compartir prácticamente el control del Congreso estatal, en el que tendrá una cómoda mayoría de 59 de los 75 legisladores.
De hecho, los tres diputados locales plurinominales del Verde son exfuncionarios de los gobiernos de Arturo Montiel y Enrique Peña Nieto; Miguel Sámano fue secretario particular de Montiel; Francisco Funtanet fungió como secretario de Desarrollo Económico en las dos administraciones, y Adrián Fuentes es del grupo de Peña Nieto
A nivel federal, de los 39 distritos ganados por el PRI, 30 fueron en coalición con el PVEM, incluidos los del exmandatario mexiquense Emilio Chuayffet; del exsecretario de Gobierno en esa entidad, Manuel Cadena Morales, y del exprocurador Alfonso Navarrete Prida.
Otros priistas a los que apoyó el Verde son el jalisciense Jorge Arana Arana y Pedro Joaquín González, hijo del exgobernador de Quintana Roo, Pedro Joaquín Coldwell, actual presidente de la Comisión Nacional de Procesos Internos del PRI.
El apoyo del PRI fue importante para el repunte del Partido Verde en cuatro entidades donde rebasó 10% de la votación: Aguascalientes (12.77%), Guanajuato (11.79%), Baja California Sur (11.34%) y Chihuahua (11.16%).
El Comité Conciudadano también destaca que el PVEM «fue el único que negó rotundamente» la información curricular y los datos de contacto de sus candidatos a diputados federales. El argumento fue «que ni el Cofipe ni su normatividad obliga a los precandidatos y candidatos a presentar su currículo», explica el informe del comité, elaborado el pasado 10 de junio.

Un historial polémico

Desde su origen, el PVEM ha sido criticado por su condición de «negocio familiar»: sólo ha tenido dos presidentes: Jorge González Torres, político de orígenes priistas, y su hijo Jorge Emilio González Martínez, quien tomó el mando del partido en 2001.
Al principio, el Verde recibió el apoyo del sacerdote Emilio González Torres, quien fue rector de la Universidad Iberoamericana y hombre cercano al exarzobispo de la Ciudad de México, Ernesto Corripio Ahumada; también fue presidente de la Fundación de Acción Comunitaria (FAC), organismo creado en 1985 a raíz de los sismos en la Ciudad de México para canalizar la ayuda internacional  dirigida a los damnificados.
En los comicios de 1991, las primeras elecciones federales en las que participó como Partido Ecologista Mexicano (PEM), 40% de los candidatos provinieron del FAC. El secretario de Acción Electoral del PEM fue Heriberto Quintana, hombre de las confianzas del sacerdote González Torres, quien desplazó a Gabriel Sánchez Díaz, dirigente de los verdes en la Ciudad de México e incómodo para los González Torres.
El desplazamiento de Sánchez Díaz provocó el primer cisma en el partido. Los disidentes a la línea de González Torres, agrupados en Juventud Verde, denunciaron que, desde finales de abril de 1991, 10 «delegados especiales» enviados por la Secretaría de Gobernación del salinismo intervinieron en el partido con el objetivo de afianzar el control de Jorge González Torres.
En la edición de Nexos de abril de 1992 Jorge Fernández Menéndez escribió sobre este asunto y citó los testimonios de varios  dirigentes de Juventud Verde: Alejandra Viveros Lomelí y Gabriel Malvido, así como los de José Arias Chávez, del Pacto de Grupos Ecologistas, y de Regina Barba, de la Asociación Ecológica de Coyoacán.
A su vez, Miguel Ángel Granados Chapa, en su columna Plaza Pública del 27 de enero de 1992, advirtió que los 10 «delegados especiales» enviados por Gobernación «procedieron a organizar la documentación para los registros de candidaturas, y hasta incluir candidatos en los lugares faltantes… De no ser por esos enviados, el partido no hubiera podido satisfacer los requisitos que la ley demanda para aquel propósito».
Desde entonces, la vida interna del Verde ha sido dominada por la familia González Torres y sus allegados. Sus finanzas internas son el secreto mejor guardado, a pesar de que en 2009 contaron con un financiamiento público de 304 millones de pesos. Para 2012 la cifra puede rebasar los 400 millones de pesos.
Los devaneos políticos del PVEM han sido ampliamente documentados. En las elecciones presidenciales de 1994, por ejemplo, Jorge González Torres contendió con las siglas del partido y obtuvo el registro; en 2000 buscó una alianza con Vicente Fox, que rompió luego de que el panista no lo incluyó en su gabinete; en 2006 dio la voltereta y se alió con el PRI y su candidato presidencial, Roberto Madrazo.
Ahora, los conocedores de los entretelones del PVEM advierten que ese partido se prepara para apoyar desde la Cámara de Diputados al duopolio televisivo; para 2012, según los pronósticos, puede ser «bisagra» para garantizar la candidatura de Enrique Peña Nieto, su principal apoyo político y financiero.

Este reportaje está publicado en la edición 1707 de la revista Proceso que empezó a circular el domingo 19 de julio.